¿Locos por el MōVI M10? Ni tanto ni tan poco.

Cada poco tiempo surge en Internet algún gadget o producto que levanta pasiones y se convierte en la moda del momento de forma viral (aunque lo más cool sería denominarlo hype). La mayoría de esos fenómenos son primero alzados al Olimpo de la creatividad humana y luego denostados vilmente tras un período de impasse que se acorta de acuerdo con la viralidad inicial. Ni la primera reacción ni la segunda son justas, sólo desproporcionadas. En nuestro particular mundillo, repleto de geeks de variada suerte y condición estos sucesos suelen concentrarse en torno a las dos ferias más destacadas de la industria, el NAB y el IBC. Y como ya tenemos el evento de Las Vegas prácticamente encima, miles de fabricantes y distribuidores se afanan por conseguir ese dichoso «game changer«, palabra que está casi tan gastada como «emprendedor» (en un caso han abusado de ella las compañías y en el otro algunos gobiernos sin escrúpulos ni vergüenza).

Esta semana el entusiasmo desmedido y la expectación más abrumadora se han cernido sobre el MōVI M10 que no es otra cosa que el artilugio cuya imagen precede a estas líneas. ¿De qué se trata? ¿Es un antiguo instrumento de tortura encargado por la inquisición? ¿Es un toro mecánico portátil? ¿O una prótesis viril diseñada en Venus?

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Pues no. Se trata de un sistema portátil de suspensión Cardán de tres ejes para cámaras estabilizado digitalmente. ¿A que ahora ya resulta mucho más sencillo de entender? ¿No? Bueno, Santa Wikipedia siempre puede acudir al recate: Una suspensión Cardán (los amantes del bricolaje la conoceréis de sobra) es un mecanismo consistente en dos aros concéntricos cuyos ejes forman ángulo recto, lo que permite mantener la orientación de un eje de rotación en el espacio aunque su soporte se mueva.

Se utiliza para montar giróscopos (masas rotatorias) sobre él, a fin de que éstos puedan orientar sus ejes de rotación en cualquier dirección del espacio. Ahora pensad en las ventajas que este tipo de supensión puede tener en la estabilidad de manejo de una cámara. En efecto, tal y como estáis imaginando ese el principio de cualquier steadycam corriente y moliente. ¿En qué reside entonces la novedad?

El equipo de Freefly Systems, el fabricante, está especializado en octocópteros de radio control y estativos motorizados y ya hace algún tiempo decidieron emplear esos conocimientos en el diseño de estabilizadores mucho más económicos y con menos prestaciones para alguna que otra DSLR. Es cuestión de extrapolar las ventajas habituales de los octocópteros eligiendo buenos materiales suficientemente ligeros y equilibrados. Pero aquí han dado un pasito más allá. El sistema de suspensión se ha diseñado y construido desde cero y no es un refrito como pasa en tantas steady baratitas. Lo mismo puede decirse de los servos.

El resultado es una facilidad muy superior a la hora de ajustarlo en poco tiempo (menos de 5 minutos de media) y una enorme manejabilidad.

La base es un estativo que incluye una batería (también propia) que alimenta un mando de foco motorizado, la cámara en cuestión y el sistema de monitorización inalámbrica. Permite el funcionamiento constante de todos esos elementos durante un período que oscila entre 60 y 90 minutos. En cargarla se tarda entre 12 y 20 minutos. Recordad que a la unidad de control tenéis que agregarle un monitor (no, no viene incluido).

La mejor idea de manejo es, por paradójico que parezca, que es conveniente un equipo de dos o tres personas para usar el M10 en su modo más práctico (ojo con esto). Es lo que permite una libertad de operación que una steady tradicional con un operador único no puede proporcionar. Un grip lleva el estativo preocupándose sólo de moverlo en la dirección requerida fijándose por dónde pisa y respetando las marcas sin problema gracias a que no tiene que molestarse lo más mínimo por el encuadre o el foco. El director de foto controla el encuadre por remoto con un joystick muy intuitivo y el foquista hace lo propio con el mando de foco motorizado (claro está que los vídeos que circulan por el momento se han rodado con objetivos bastante angulares -un 24mm y un 18mm-)

Passion for motion realizado por el equipo de Freefly Systems con combinando varios de sus diferentes estabilizadores

Pero también existe un modo llamado «Majestic» que permite un único operador y en el que el dispositivo es capaz de diferenciar los movimientos erráticos de los intencionales, si bien las posibilidades no son las mismas. En un futuro, el fabricante pretende integrar un control de foco/zoom/diafragma en el sistema y añadirle joysticks en las abrazaderas.

Making off de "Passion for motion"

Incluso los operadores habituales de steady (esa raza superior que siempre contará con mi admiración cuando veo lo que son capaces de sacar adelante) podrán llegar más allá en sus inverosímiles acrobacias, imposibles para el resto de los mortales. Y el resto de los mortales… bueno, podremos disimular -mejor que nunca- que somos unos mantas operando estas cosas.

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Todo ello tiene otras implicaciones, claro. En especial en el tipo de usuarios al que va dirigido el MōVI , que creo que mucha gente ha malentendido. La figura, cada vez más frecuente, del esforzado director/director de foto/operador/foquista todo-en-uno no tiene tanta cabida aquí, dado el precio del dispositivo y sus accesorios. Aunque precise de un equipo reducido,  el cacharrito de marras no está pensado ni dirigido a grabaciones de presupuesto exiguo. Es una herramienta para simplificar el trabajo de equipos más grandes que normalmente tendrían que usar una dolly, una steady y hasta una pequeña grúa para conseguir resultados similares. Ahí reside su encanto y el ahorro de presupuesto que supone. Y sin cortes.

Otro acierto fundamental de Freefly Systems ha sido dejarle el equipo al omnipresente Vincent Laforet, que ya puede levantar revuelo en la red hasta filmando con una cebolla. Ha tardado un suspiro en colgar varios vídeos muy llamativos con su tradicional estilo entre efectista y algo cutre. Como de costumbre no hay narrativa que merezca tal nombre, pero esas sombras del operador -constantes en algún plano- las perdonamos porque todo beta tester sabe que hay que rodarlo todo para anteayer y NUNCA hay tiempo de hacer las cosas como se debería (el aparato invariablemente tiene que estar al día siguiente en el otro extremo del mundo). La cuestión es que la estrategia ha conseguido su objetivo. ¡Internet bulle! Hasta mi vecina del quinto habla maravillas del «estabilizaor ese que va a cambiá la historia de la cinematografía digitarrr«.

Bromas aparte. El sistema es ingenioso, está bien pensado y parece sólido y cómodo (ya veremos cuando nos caiga alguno en las manos). No es el santo grial y puede que sea el responsable de que vayamos a echar de menos un trípode en cada spot que se ruede en los próximos años. ¡La dictadura de los planos secuencia estará cada vez más cerca, ja, ja, ja, ja! (interprétese como risa a lo Vincent Price).

Sin embargo, lo cierto es que es uno de los accesorios de cámara más interesantes y prácticos que hemos visto en los últimos tiempos, así que cuenta con todo mi respeto. Confío en que gran cantidad de pequeñas productoras (y no tan pequeñas) le vayan a sacar muchísimo partido con cámaras ligeras. Pero nunca se sabe. Ejerciendo de Nostradamus soy un cero a la izquierda.

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En cuanto a especificaciones más genéricas, el peso del MōVI M10 es de menos de kilo y medio y soporta cámaras de hasta cuatro kilos y medio, los servos son completamente silenciosos, el horizonte está libre de deriva y el modo de compensación de la traslación es muy fluido y preciso. El firmware remoto soporta actualizaciones y cuenta con un sistema de captura de pantalla. Según parece, hay planes para presentar una versión más barata y ligera (llamada M5) destinada a cámaras más pequeñas de un máximo de 2 kilos. También hay planes para un futuro M20 que soporte hasta 9 kilos y medio de peso. El M5 sólo funcionará en modo «Majestic». 

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Imagino que durante el NAB conoceremos más detalles sobre su disponibilidad, pero sabemos que ya está en producción.

Su precio ronda los 15.000 dólares. El M5 costará en torno a los 7.500 dólares. No hay estimación aún  para el M20. Por mi parte sólo pido que dejen de añadir signos de puntuación en los nombres de futuros modelos 😉

6 pensamientos en “¿Locos por el MōVI M10? Ni tanto ni tan poco.

  1. Muchas gracias, muy bien explicado (yo también vi las sombras, pero pensé que yo era demasiado puntillista y que quizás era el único que lo había visto)

  2. Julio, interesante artículo, pero ojo con la lingüística (siempre es lo menos cuidado, lamentablemente…). Veo que le pones empeño y te gusta el tema, así que te comento.

    La expresión radiocontrol se escribe en una sola palabra, es un vocablo compuesto en la que radio es un elemento compositivo que solo no tiene significado por sí mismo, y por consiguiente es incorrecto escribirlo separado en casos así.

    Ojo también con el significado

    Puedes encontrar todo tipo de información lingüística en Internet en la página de la Real Academia Española, en el Diccionario de la lengua española y sobre todo en el Diccionario panhispánico de dudas.

    En cuanto a estos gimbals o cardanes, están muy bien si se saben utilizar adecuadamente, pero la verdad es que son bastante caros… Yo tengo una copia del CineStar 3 con modificaciones de M10 que me salió relativamente más económico que los originales, y va bastante bien, sobre todo si uno sabe cómo calibrarlo, prepararlo, utilizarlo y configurarlo apropiadamente.

    Saludos cordiales.

    • Disculpa, se me olvidó acabar una frase.

      Ojo también con el significado de signo de puntuación, que no es el mismo que signo ortográfico o que signo auxiliar.

      La verdad es que complican el nombre de los Movi, MoVI, MOVI o como los escriban estilizadamente colocando esa virgulilla o como se llame encima de la o.

      Yo solo espero que hagan cardanes buenos de verdad (los que hay están bien, pero son mejorables en algunos aspectos), y sobre todo a un precio asequible.

Algo tendrás que decir a todo este despropósito ¿no?