Con la apuesta por parte de la mayoría de los principales fabricantes de cámaras de cinematografía digital por lanzar nuevos modelos cuyo tamaño de sensor es notablemente mayor que el estándar de Super 35 –en la mayoría de los casos, con dimensiones muy parecidas a las del formato completo de fotografía de 36 x 24 mm– muchos profesionales han manifestado serias dudas sobre esta alternativa. Se opina –en algunas ocasiones– que la industria nos está obligando a cambiar la narrativa y a alterar la perspectiva y el bokeh para toda clase de planos y trabajos. Esta opinión no tiene verdadero fundamento y en este artículo explico brevemente el motivo.