EOS M: El inicio de la gama CSC de Canon

Con el lanzamiento de esta nueva gama, denominada EOS M, Canon cierra el círculo de fabricantes globales que se adentran en el territorio de las cámaras CSC (Compact System Cameras), es decir, cámaras sin espejo ni visor réflex pero con un sistema de ópticas intercambiables. Dentro de esta categoría tan difusa (ya que admite dispositivos con características muy dispares -incluso la evolución de las tradicionales telemétricas de Leica entra en el saco- y -por tanto- dificilmente comparables con verdadero rigor) existen múltiples modelos de Olympus, Samsung, Panasonic, Sony, Fujifilm, Pentax, Ricoh y Nikon, entre otros. ¿En qué consiste la propuesta de Canon y cuáles son sus particularidades más destacables?

En primer lugar, y a pesar de los constantes rumores que apuntaban al uso de un sensor de 1,5″ como el incorporado en la G1X, la compañía nipona ha optado por emplear un captor mayor, de tamaño APS-C. Teniendo en cuenta el moderado tamaño del cuerpo de cámara –66.5mm (anchura) 108.6mm (altura) y 32.3mm (profundidad)– y su reducido peso (262g, el cuerpo y 298g con batería y tarjeta de memoria) esta es una excelente noticia (de hecho, la EOS-M es más pequeña y más ligera que la propia PowerShot G1X).

El desarrollo de sensores de nueva generación ha alcanzado un nivel de depuración impensable hasta hace pocos años (en particular en la excelente gama de paramétricas de Fuji que -con un captor de formato APS-C- rivalizan en muchos aspectos con sensores de 36x24mm gracias a su peculiar tecnología X-Trans y a la ausencia de filtro de paso bajo). No obstante, el desarrollo de CSCs con formatos de captación más pequeños (el caso más evidente sería el CX de Nikon) está aún lejos de igualar en rendimiento, niveles de ruido y detalle en sombras y altas luces a los más tradicionales tamaños de micro cuatro tercios y APS-C. Cada vez es menos determinante, pero por ahora cierto tamaño mínimo sigue importando lo suficiente como para inclinar la balanza en cualquier decisión de compra sensata.

Claro está que en este tipo de sistemas hay que encontrar el difícil equilibrio entre prestaciones y tamaño. A mayor tamaño de sensor, más complicado resulta mantener una distancia reducida entre el plano focal y el objetivo (distancia de registro o flange back). Esa distancia permite, adaptadores mediante, montar casi cualquier otro objetivo existente y a su vez es determinante para el uso de objetivos de proporciones adecuadas a este tipo de cuerpos. Para enfrentarse a este dilema, Canon ha optado por crear una montura diferente a la omnipresente EF de toda sus gama DSLR: La EF-M. Esta es también la opción por la que se han inclinado los demás fabricantes, con la excepción de la gama K de Pentax que mantiene idéntica montura a la de sus DSLR (de ahí que el tamaño de sus CSC sea más aparatoso). Como consecuencia la distancia de registro en este modelo es de solo 18 mm.

 EF-M 22mm f/2 STM

EF-M 22mm f/2 STM

EF-M 18-55mm f/3.5-5.6 IS STM

EF-M 18-55mm f/3.5-5.6 IS STM

El resultado parece ser muy correcto en el caso de objetivos como el nuevo  EF-M 22mm f/2 STM e -incluso para tratarse de un zoom- el  flamante EF-M 18-55mm f/3.5-5.6 IS STM no parece demasiado excesivo. Habrá que estar pendiente del desarrollo de las futuras ópticas de esta recién nacida gama.

Como no podía ser de otro modo, contando con la variedad de objetivos más amplia del mundo (más de 70 a elegir a día de hoy), este fabricante cuenta como accesorio esencial con un adaptador para ópticas EF (EF-EOS M).

En honor a la verdad la posibilidad de usar todos esos objetivos es -con diferencia- el argumento más poderoso que Canon puede esgrimir frente a su competencia en este segmento.

Tanto el adaptador como el cuerpo de cámara en general (este último de aleación de magnesio y acero inoxidable) cuenta con unos acabados muy bien construidos y propios de la gama EOS, no tan comunes en este segmento. Transmite la sensación de que estamos ante un trabajo sencillo pero muy bien hecho. Y desde este mismo momento se convierte en un complemento ideal (como segundo cuerpo) para usuarios de DSLR EOS.

En lo que respecta a las prestaciones básicas del primer modelo CSC de Canon, lo más relevante es:
Sensor CMOS Hybrid APS-C de 18 Mpx. Esta combinación ya había sido desarrollada con éxito en la EOS 650D y como en aquel caso permite optimizar el enfoque por contraste empleando la diferencia de fase de forma silenciosa cuando se combina con objetivos STM. (En sistemas CSC este tipo de enfoque que aúna las ventajas del sistema de detección por contraste y el de detección por diferencia de fase cuenta con el precedente de las Nikon 1).
Procesador Digic 5. Como ya sabemos, el uso de este procesador implica un algoritmo mejorado que junto con su arquitectura específica contribuyen al incremento de la velocidad de procesado de datos (entre 4 y 6 veces más rápida que en los DIGIC 4, según la circunstancia). Este aumento de capacidad proporciona una relación de contraste superior en los negros, la consiguiente reducción del ruido (hasta en un 75% con respecto al DIGIC 4) y un aumento del número de fps almacenables por el buffer en RAW. Asimismo, permite el análisis y medición del balance de blancos multiárea (todas estas posibilidades ya existen en la última generación de cámaras compactas de Canon).
ISO de 100 a 12.800 (expandible a 25.600). Estos valores, al igual que la resolución del sensor se han convertido en un verdadero estándar en las cámaras DSLR EOS de Canon con captor APS-C (y ahora de la gama EOS-M), de modo que su eficacia está más que corroborada a estas alturas.
Ráfaga de 4,3 fps. El buffer permite un máximo de 17 fotogramas en JPEG y 6 en RAW.
Pantalla táctil capacitiva LCD de 3 pulgadas y 1,04 megapíxeles. Su utilidad será, a priori, mucho más destacable en este tipo de cámara que en una DSLR dada la ausencia de visor réflex (tampoco se ha anunciado ningún EVF por el momento). Además el diseño tan limpio del cuerpo (con una mínima presencia de controles externos) la convierte en un elemento imprescindible para operar sin necesidad de adentrarse en los menús de cámara. Los gestos táctiles también coinciden con los que empleamos a diario en los smartphones, así que su manejo no requiere de ningún aprendizaje árduo.
Situación de los puntos de enfoque combinados.

Situación de los puntos de enfoque combinados.

AF híbrido de detección de fase y detección por contraste. Fundamental para mantener en la medida de lo posible el AF a la hora de grabar vídeo, como ya ocurre en la EOS 650D. No es imprescindible, pero si muy conveniente en determinadas circunstancias. Esta puede ser una característica más crítica en cámaras de este tamaño que en una DSLR, ya que aquí es más fácil que el enfoque manual desestabilice la toma si no se cuenta con un estativo o soporte de hombro (y en caso de tenerlos, se perdería la principal ventaja de las cámaras CSC que es su tamaño reducido).
Si el uso del AF afecta a nuestra composición de la profundidad de campo, la solución podría ser utilizar el enfoque manual con un soporte muy ligero como el Dougmon. Si no nos afecta tanto, el AF nos sacará de más de un apuro. Es cierto que el hecho de contar con esta combinación tiene el inconveniente de que el enfoque en foto no es extremadamente rápido, pero con 31 puntos de enfoque (al sumar ambos tipos de detección) la física tiene estas cosas.
– Obturación con»primera cortinilla electrónica». Permite un funcionamiento más silencioso del obturador (cuya velocidad máxima es 1/4000) y un disparo más rápido. Puede que sea una característica que pase desapercibida para muchos, pero es un verdadero acierto en este tipo de cámaras
Modo Servo AF. En conjunción con los objetivos STM, evita que el motor de AF o los estabilizadores generen ruido que pueda captar el micro interno ce cámara en grabaciones de vídeo. Una vez más, este desarrollo ya fue probado en la EOS 650D, que en muchos elementos ha servido de banco de pruebas para el lanzamiento de la nueva gama de Canon.
Grabación de vídeo. No hay grandes novedades en este apartado, pero el hecho de contar con las prestaciones habituales de las DSLR de la marca en un cuerpo de este tamaño la convierte en una opción muy interesante para gran cantidad de usuarios potenciales. Las velocidades son de 30p/25p/24p en 1920×1080 y de 60p/50p en 1280×720 y el códec es el ya habitual MPEG-4, AVC/H.264 con contenedor MOV. Funciona con cualquier estilo de imagen incluyendo los personalizados.
Detalle del excelente soporte para trípode

Detalle del excelente soporte para trípode

– Modo noche para disparos cámara en mano. Especialmente útil para largas exposiciones sin trípode.
Detalle del enganche para correa.

Detalle del enganche para correa.

– Reducción de ruido para múltiples disparos. Ayuda a reducir el ruido combinando las imágenes de cuatro disparos consecutivos.
Detalle de los controles traseros.

Detalle de los controles traseros.

Siete filtros creativos.
Adaptador EF-EOS M

Adaptador EF-EOS M

Modo HDR para combinar tres exposiciones diferentes.
Contenido del kit básico

Contenido del kit básico

Modo instantánea de vídeo
– Auto escena inteligente.
– Grabación en tarjeta SD. Compatible con SDHC, SDXC con protocolo UHS-I (lo que implica velocidades de entre 50 Mbs y 104 Mbs dependiendo de la tarjeta) y también con tarjetas Eye-Fi.
Grabación de audio estéreo y entrada mini-jack para micro externo de 3,5mm, además de la típica salida HDMI. El control de audio puede regularse manualmente con los vúmetros (64 subniveles).
Batería LP-E12
Vídeo promocional de la EOS M
De forma simultánea al lanzamiento de este primer cuerpo EOS-M, Canon también ha presentado dos objetivos (uno fijo y otro zoom con las distancias focales estándar de rigor) que ya he mencionado al inicio del artículo:
 
El  EF-M 22mm f/2 STM Pancake. Compuesto por 7 elementos (incluyendo uno asférico) distribuidos en 6 grupos. Diámetro de 43mm, diagragma de 7 palas y distancia mínima de enfoque de 15 cm. Su peso es de 105g.
El  EF-M 18-55mm f/3.5-5.6 IS STM. Compuesto por 13 elementos (incluyendo 3 asféricos) distribuidos en 11 grupos. Diámetro de 53mm, diagragma de 7 palas y distancia mínima de enfoque de 25 cm. Cuenta con estabilizador dinámico para vídeo. Su peso es de 120g.
Además del adaptador para ópticas EF-EOS M
 También se ha lanzado una unidad de flash externo para esta gama denominada Speedlite EX 90 (no hay flash interno). Su número guía es de 9 a ISO 100 y permite el control de flashes externos desde la unidad. La cobertura alcanza hasta una distancia de 24mm (equivalencia en sistema de 35mm) y la sincronización hasta 1/200 seg. Es compatible con todas las cámaras EOS y con todas las PowerShot que cuenten con zapata. Vendrá ya incluido en todos los kit de venta de esta cámara.
La compatibilidad con todos los accesorios de la gama EOS es total, incluyendo toda la gama de flashes Speedlite y el módulo GPS GP-E2
Poca duda cabe de que este primer paso de Canon vendrá acompañado en algún momento de la presentación de otros modelos CSC superiores (Photokina está a la vuelta de la esquina y los rumores apuntan en ese sentido).
Al mismo tiempo, sus futuros desarrollos deberán evitar fagocitar su gama baja de DSLR (el mismo conflicto al que se enfrenta Nikon al ser las dos marcas de referencia en DSLR y tener ambas una cada vez más amplia gama de entrada).
Hasta ahora, este formato ha encontrado poco predicamento entre los usuarios europeos, pero en Japón ya supone casi un 50% del mercado. Con todos los actores principales, por fin, sobre el escenario se abre un futuro para este tipo de cámaras que se adivina muy interesante.
La nueva Canon EOS-M estará disponible en colores blanco, plata, rojo y negro a partir de octubre con un kit que incluye el  EF-M 22mm f/2 STM y el flash Speedlite EX90 por un precio de 799,99 dólares.
También se pondrá a la venta otro kit junto al EF-M 18-55mm f/3.5-5.6 IS STM y al flash Speedlite EX90 por 850 euros (el dato proviene de Canon Alemania donde el IVA es solo del 19%, de modo que si el señor Montoro no cambia nada más próximamente habrá que añadirle 2 puntos más). Por separado, estarán disponibles también en ese mes el EF-M 22mm f/2 STM (249,99$), el EF-M 18-55mm f/3.5-5.6 IS STM (299,99$), el adaptador EF-EOS M (199,99$) y el flash Speedlite EX90 (149,99$).
En este vídeo italiano (cutre a más no poder, pero curioso) podemos contemplar el manejo en directo de la cámara. Por lo demás, podéis ver ejemplos de fotos y vídeos realizados con EOS-M aquí

9 pensamientos en “EOS M: El inicio de la gama CSC de Canon

  1. Tengo mis dudas acerca de este formato, creo que este modelo responde más a una demanda del mercado que a un deseo expreso de la marca.

    Me decepciona la concepción de la cámara como un modelo muy poco dirigido hacia el público profesional y creo que el coste de lanzamiento será un freno muy fuerte.

    Desde luego creo que el principal aliciente para hacerse con este cuerpo es la posibilidad de acoplarle la óptica EF y EF-S a un cuerpo de esas dimensiones y con sensor APS-C. Habrá que ver como se desarrolla su vida comercial, pero espero que su precio disminuya mucho o bastante y que el adaptador para lentes tradicionales tenga una presencia en tienda mucho mayor que la que se ve en otras marcas.

    Un saludo.

    • Xox, ten en cuenta que es la primera cámara que saca sin espejo, es lógico que no apunte al sector profesional, estoy convencido de que no tardará en presentar una Canon EOS M al estilo Sony Nex 7 junto con unas buenas ópticas, por supuesto.
      Además, si esta ya cuesta 850€, ¿por cuánto saldría la pro? ¿no te parece arriesgado querer entrar con semejante cámara?

  2. Pingback: Canon CINEMA EOS C100 « Julio Gómez

  3. Hola Julio,
    Pinta muy bien ese 22 Pancake STM,sería muy interesante para utilizarlo en cámaras como la 650D.¿Sabes si los objetivos con montura EOS-M pueden utilizarse en Cuerpos Canon EF?

  4. Pingback: Haciendo boca… IBC « Grau Luminotecnia

Algo tendrás que decir a todo este despropósito ¿no?